Psiquiatra - Psicoterapeuta

Soy Cristina Pérez Sobrino, psiquiatra y psicoterapeuta, doctora en Medicina con una tesis sobre los factores emocionales y biológicos implicados en los trastornos de la conducta alimentaria.

Psiquiatra y psicoterapeuta en Zaragoza

Tu bienestar emocional merece un espacio de escucha

Soy Cristina Pérez Sobrino, psiquiatra y psicoterapeuta, con una vocación temprana por comprender la mente y acompañar a las personas en sus procesos de cambio. Me formé en Medicina en la Universidad de Zaragoza y me especialicé en Psiquiatría en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, completando mi formación psicoterapéutica.

He trabajado en distintos entornos clínicos, que me han permitido abordar la salud mental desde una mirada amplia e integradora. Entre ellos, la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Clínico San Carlos, donde también desarrollé mi tesis doctoral sobre los factores emocionales y biológicos implicados en estos trastornos.

Mi práctica se centra en ofrecer una atención personalizada y humana. No creo en moldes rígidos ni en recetas universales: cada persona requiere un espacio y un ritmo propio. Combino la psicoterapia con el apoyo farmacológico cuando es necesario, siempre con el objetivo de favorecer una evolución real, sostenible y respetuosa con la individualidad de cada paciente.

Salud mental en el ámbito empresarial

Comprende y mejora las dinámicas de trabajo

En el entorno laboral ofrezco intervenciones orientadas a detectar y abordar las dificultades que pueden afectar al funcionamiento de los equipos y al desempeño de los puestos de responsabilidad. Mi experiencia clínica permite analizar los factores emocionales y relacionales que inciden directamente en la eficiencia, la efectividad y el bienestar organizacional.

A través de sesiones y talleres, trabajo con empresas y directivos para fomentar una comunicación más clara, un manejo adecuado del estrés y una comprensión profunda de las dinámicas grupales. El objetivo es aportar una base psicoterapéutica que favorezca entornos de trabajo más equilibrados, eficientes y sostenibles en el tiempo.

Colaboraciones

Preguntas frecuentes sobre mi terapia

Resuelvo tus dudas antes de una sesión

Antes de iniciar un proceso terapéutico es normal que surjan dudas sobre cómo funciona una consulta de psiquiatría o psicoterapia. Muchas personas se preguntan cuándo es el momento adecuado para pedir ayuda, si necesitarán medicación o cómo se organiza el tratamiento. Aquí encontrarás respuestas a las cuestiones más habituales.

Es relativamente habitual posponer la decisión de pedir ayuda, incluso durante meses o años, mientras los síntomas se intentan amortiguar de diferentes formas. Recomiendo acudir a consulta cuando la limitación que generan los síntomas es evidente y afecta al día a día, o cuando pese a los intentos de afrontarlos, no se consigue mejorar. El ser humano puede convivir con un nivel de sufrimiento mayor del necesario, y en muchos casos una valoración temprana permite evitar que los problemas se cronifiquen o se agraven.

No es necesario acudir con una etiqueta o un diagnóstico cerrado. La consulta también está pensada para entender qué ocurre, aclarar dudas y valorar la situación clínica. A veces, los síntomas no implican una patología definida, pero igualmente generan malestar. El primer paso es poder hablar de ello, situar las dificultades en su contexto y decidir juntos cuál es la mejor forma de abordarlas.

No. El apoyo farmacológico se reserva para aquellos casos en los que los síntomas son muy limitantes y dificultan el desarrollo del proceso terapéutico. En muchos pacientes, la psicoterapia es suficiente. Cuando se recomienda medicación, se hace de manera individualizada, explicando en todo momento el motivo, la utilidad y los posibles efectos, para que la persona pueda tomar decisiones informadas sobre su tratamiento.

No existen tiempos fijos ni preestablecidos. La frecuencia de las sesiones se acuerda entre paciente y terapeuta, y puede variar a lo largo del proceso. En determinadas etapas es útil un acompañamiento más cercano, mientras que en otros momentos puede ser suficiente espaciar las sesiones. Lo importante es que la organización se adapte a la evolución y a las necesidades reales de cada persona, sin forzar ritmos ajenos a su propio proceso.

El tratamiento no consiste en aplicar un protocolo rígido ni en buscar resultados inmediatos. Cada proceso es único y se construye a partir de las necesidades y circunstancias de la persona. A lo largo de las sesiones se van identificando las dificultades, comprendiendo su origen y trabajando en nuevas formas de afrontarlas. La terapia es un camino progresivo, en el que se combinan escucha, análisis y, cuando es necesario, apoyo farmacológico. Lo importante es que la persona se sienta acompañada y encuentre un espacio donde pueda avanzar de manera realista y sostenida.

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